lunes, 9 de noviembre de 2015

Nunca escribo para mí...

Foto alattkeva: Hojarascas de tilos en otoño
Nunca escribo para mí...
Ya soy mi antología.
¡No me interesa ser más de lo que puedo ser!

No me reconocería si cambio.
Lo hago para la tierra que me apresa
sembrando semillas por barbechos.
Porque soy de un indómito espíritu
que no ignora, que alguna vez fui sol
de media noche y ahora en el crepúsculo;
un rato de ensoñación para una mirada
o harina esperando por la artesa.
 Nunca escribo para mí...
Con esas ilusorias consecuencias
que siempre nos vuelcan su talego
y manejan la vida hasta en su esencia.
-¡Pero disfruta el Ego!




Y, como nunca escribo para mí,
sólo me adueño,
de la belleza oculta de los bosques,
de la desnudez inocente de las ranas,
de los juegos de los duendes en su danza;
que me creen hechicera de unos versos
que se mueren de frío en las mañanas.
¿Quién se cree que escribo para mí?


Si tanto ya se escribe...Y no se piensa,

que la vida es esto que se agota,

mientras sueñas ilusorias sensaciones,
¡convertidas en mares sin gaviotas!
¡Escribo para ti, Tú, ya lo sabes!

Australia Elisa Lattke Valencia en: "Ranita Azul"

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La palabra es el arrullo de Dios cuando causa una impresión inolvidable.
La mejor dádiva, es haber conseguido que nuestros semejantes se sientan felices, siempre que seamos sinceros con lo que opinamos.

A. Elisa. Lattke Valencia, sólo va pasando como un cometa cada cien años...