miércoles, 14 de octubre de 2015

Me toca hablar a mí...

 Foto: alattkeva (La Herradura-Málaga- España/2014, al alba)

Dios siempre traza curvas, rectas y ángulos,
pero sobre todo el espiral donde la vida trasciende;
para saber llegar de nuevo al mismo punto de partida. (alattkeva)

***

Me toca a mí, hablar...
Podría ser un estudio interesante
traspasar la luz y la voz de las hojas.
Dios lo hace a menudo y nos cautiva.
Cualquier explicación que dé, es un sueño consciente.
Es distancia y cercanía,
la luz y la sombra vistiendo la arboleda,
la mar con su mirada hecha de oleajes, avanzando,
guardando sus terribles idilios de ternura,
lamiendo la arena de su orilla.
Por esto y tantas cosas más,
tú, lo llamas 'Dios', como te gusta;
yo, le llamo como lo siento en ti:
con su monólogo mudo,
en el ser que te percibe
y se angustia, alegra, reconoce y se descubre...
Enamorado

¡Me toca hablar a mí!
Enséñame tu cielo en mí!

O, si lo prefieres, atrapa un pensamiento de arena...
¡Y cuéntalos con su mar de ideas!
¡Son tantos los que se callan,
que callamos ya se guardan!
Porque, Él, está en todos.

Se reconoce y nos reconoce en la geometría de los silencios,
y en el amor que nos calla y nos que callamos.
*
A. Elisa Lattke V.

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La palabra es el arrullo de Dios cuando causa una impresión inolvidable.
La mejor dádiva, es haber conseguido que nuestros semejantes se sientan felices, siempre que seamos sinceros con lo que opinamos.

A. Elisa. Lattke Valencia, sólo va pasando como un cometa cada cien años...