viernes, 31 de mayo de 2013

Amar es cosa humilde

Hay quien al mirarse a los espejos
justifica su realidad
y juzga a sus 'dedos huéspedes'
por olvidar su verdadera valija.
¿Ah, qué me pongo mañana?
...
-¡Pues échate la ilusión por encima!
¡Ah, es verdad! ...¿Pero cuál, la de verdad
o esa otra de seda natural que me favorece?
...


Te recuerdo mirándome los dedos 
y siento que aún son tacto de caricias
y, en la continencia, hay vuelos de mariposas.

La vida nos resuelve con dolor
y consigue no ser rozadura del olvido,
por saber de tus latidos... Sólo vives.
Te vuelves como una ciudad asomada a un acantilado
deseando suicidarse,
pero está allí para reflejar su realidad como cualquier coqueta.
La ilusa siempre amenaza con lo  mismo,
quiere verse en el reflejo del agua...
¡Es tan hermosa!
Aunque la breve y frágil nave de la ilusión 
sea de mansedumbres,
el mar tiembla rizando su oleaje,
pero ella está varada, anclada en las preguntas;
aún lleva los jirones de sus viejas velas desplegadas
después de su naufragio.

Hay un espacio dentro de otro 
lleno de palabras que perdieron sus alas en vuelo,
y todos sus silbos migratorios de la naturaleza 
se quedaron atrapados en su alma, 
porque amar es cosa humilde.
El sentimiento está tan lleno
pero sigue traficando con sus versos
en todos sus poemas. 
Se hizo esclavo de las palabras
y para no olvidarse que se ha rendido, lucha;
investiga su belleza y se sirve de ella; 
sabe que ya echó el ancla y ha fondeado para siempre
pero son las únicas alas que le quedan.

¡El mar seguirá allí batiéndose contra las costas del alma!
Y las depredadoras gaviotas graznando por sus cielos. 


Elisa en: "Don Anselmo"

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La palabra es el arrullo de Dios cuando causa una impresión inolvidable.
La mejor dádiva, es haber conseguido que nuestros semejantes se sientan felices, siempre que seamos sinceros con lo que opinamos.

A. Elisa. Lattke Valencia, sólo va pasando como un cometa cada cien años...