sábado, 3 de noviembre de 2012

Autodefinición

Cuando 'parasitas' por comodidad en estos medios y no eres elemento útil,
 sabes que no has dado nada a quien debes dar una esperanza interior, 
un apoyo necesario y un etímulo creíble, porque hay demasiados 'gurus'
para enfrentarnos a lo que brota de las buenas almas;
pues entendemos que en los esquejes del Árbol de la Vida hay siempre brotes verde,
los auténticos que pueden mejorar la realidad individual 
y ofrecer el contenido que nos hace mejores si los compartimos, sin egoísmos.
Donde la verdadera luz ilumina, 
la que apenas miramos dentro de nosotros mismos, 
y todos si se lo proponen la llevan...
Si nos da de lleno, nos descubrimos a oscuras. 
Entonces, meditas y escribes preguntando:

Quizás seas del rumor o la leyenda
deshaciendo ropajes del alma.
Con la mirada al frente,
 con un atadillo de los sueños últimos
 o ese pensar de inquieta calma; 
pero en un laberinto de estaciones idas,
favoreciendo las propias ilusiones o, un acaso, 
echándole un brochazo de color a la vida.
Hay penas por dentro entre corolas,
aromas de angustias del Ser que las transmite
para mover a la esperanza y al desafío;
zarandeos que se sienten por el alma que nos prestan.
Porque falta otra 'polenización espiritual';
si no, no te vencerían tantas sombras
en ese despertar de picotear tantos cascarones
de otro nacer para vivir muriendo, 
en busca de la verdadera luz.
Y, por no gestarla, añoras las auroras de otros soles.
Eres como un planeta oscuro,
un grano de arena o mera molécula o copúsculo 
de la obra de Dios interminable.
*

Foto: felicastilatt/12



Insisto:
Mi pueblo no es este, vine de muy lejos...
El tiempo me trajo a otro proyecto,
un sueño que se acabará como el de tantos otros,
una necesidad impuesta en 'el disco duro', 
como esencia de un Todo en la de todos.
Pero sonrío al verme aquí dentro encerrada,
"en libertad condicionada"...
Donde un sueño del que ya voy despertando
recoge mi sentir perfecto,
porque en el se anidan todas mis verdades.
Me sabes, me sé, me entiendes y me ves.
Y soy de tu nada en la propia, un algo surgiendo sin parar;
me ves, te veo, me sientes en tu envés...
-¡Somos dos..., millones inconmensurables de mundos propios
en un sólo ser, Amor in crescendo!
Zarandeos te dan los semejantes
y, piensas, si eres de verdad, si existes
como la enredadera en un ciprés 
cuando apenas ves una parte del cielo,
pero floreces y te alimentas de lo mismo.
Vives parasitando en la realidad del mundo
aunque no lo veamos así, por la necesidad de supervivencia;
aportando lo mejor del bien común y espiritual.
-¿Lo hacemos conscientes de los mismo que exigimos para todos?

Y de nuevo surgen las preguntas:
 ¿Siempre florecerán mis manos 
entre otras enlazadas,
 habrán pájaros en los sueños, 
mariposas blancas y azules rondarán el jardín de la imaginación, 
pero me dirán loca si me enamoro del viento y de la luna?
...
Escribes:
 Hubo más dolor y expuse mis sentimientos al juicio de las gentes, 
escribí para deshacerme de ser lo que no soy o,
 de hacer lo que debo por ser..., 
por imposición del mundo por sentir y hacer lo que siento. 
Acaso, necesite descansar entre el murmullo. 
Las palabras tienen el poder de romper o unir
 y, a veces, también nos obligan a desaparecer por un tiempo.
por no ser imprescindibles.  
Es que se medita, piensas y desde los adentros te aconsejas.

Hay demasiado por hacer para el espíritu único, 
para poder saber qué no hicimos mientras pasábamos
y un tanto más como hubiésemos deseado.
Y yo, con mi pequeño 'ego' del mundo caminando sonriente.
-Ah, nunca pasé por pasar allí donde me dejé el corazón.


alattkeva

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La palabra es el arrullo de Dios cuando causa una impresión inolvidable.
La mejor dádiva, es haber conseguido que nuestros semejantes se sientan felices, siempre que seamos sinceros con lo que opinamos.

A. Elisa. Lattke Valencia, sólo va pasando como un cometa cada cien años...